jueves, 17 de febrero de 2011

Nota de Noches Florentinas en ESTRUCTURA MENTAL A LAS ESTRELLAS

Nota de Noches Florentinas por Agustín Arzac, director de la revista "Estructura Mental a las Estrellas", Nº2, Octubre 2010.






NOCHES FLORENTINAS

Folk Tex - Mex Dark Urbano

"Decidida a alejarse cada vez más de eso que hoy llamamos rock, Noches Florentinas encarna todo el espíritu del sonido mejicano en un disco de aggiornadas interpretaciones con un estilo bien definido.

Muy propio de los escritores romáticos, Heine homologa su sensibilidad casi metafísica a la de Maximiliano, protagonista de Noches Florentinas. Allí, la figura de Niccolo Paganini no se adapta estrictamente a una intención realista de introducir un personaje histórico en consonancia con los ficticios, o de dar cuenta del contexto como un actor entretejido en la trama literaria. Si Niccolo Paganini está en el centro de la historia es porque desde él se proyectan las imágenes y sensaciones que le brotan a Maximiliano en la escucha de su violín; el efecto de sentido de su representación es, entonces, la de un cúmulo de experiencias sensoriales que conocemos por nuestro protagonista.

Tanto esa experiencia sensorial en la que su cuerpo, al ritmo del arco italiano, era invadido por un fuego coloreado de sombras, como la escucha atenta y predispuesta, son espacios de referencia donde la banda encuentra la identidad de su nombre. Esa identidad impone la petición de imitar la actitud de Maximiliano, para que la experiencia musical se concrete y el juego de luces y sombras nos atrape o nos aterre.

"No son canciones, si bien nunca queremos salirnos de ellas, son como estados de ánimo, como capas de sensaciones que piden una atención especial del receptor. Mezclamos ritmos, somos un producto de nuestra propia manera de recepcionar y escuchar la música... construimos tensiones, armonías y disonancias que manifiestan una percepción del mundo." "Queremos hacer de lo ambiguo, de las distintas sensaciones, un juego de luz y de sombras sonoras, una estética del claro-oscuro".

Aunque se deje ver, en las presentaciones actuales del grupo, cierto coqueteo con el color y el baile, como consecuencia de su último trabajo, Más daño me hizo tu amor, y los ya clásicos reventones mejicanos, es la noche que desespera la que tiñe de gris las canciones de la banda. La llegada de esta especie de primavera fue muy lenta y paulatina. De la oscuridad que impera el primer disco, Penumbras, al rojo y verde que hoy asoma prudente, hay una veintena de canciones que pocas veces escaparon de la escala de grises.

El primer disco, muy intimista y con referencias acústicas y oscuras, da nacimiento a un nuevo estilo en el mapa sonoro platense. La banda es convocada por Melina Sarmiento, en los primeros meses del 2006, para llevar adelante un proyecto personal muy avanzado en el sonido y en lo estético, pero también, muy definido en la intención de su mensaje. No hay, en ese universo cerrado que propone la lírica del sujeto creador, una sola palabra que caiga del mapa, que no se sostenga con las demás.

Es un suplicio persistente de parte del mundo, y una declamación al mundo que es constante en todas las canciones. Una mujer romántica, blanca, pura, frágil, y una derrota amorosa contada con languidez y entre suspiros, y algo en su voz simultáneamente angelical y diabólico. Como los bailes de Lorenza.

El trabajo y el detalle en la producción de Penumbras, a cargo de Melina y de Gonzalo Voutoff (hoy guitarrista y productor de todos los discos de NF), escapa a los cuatro integrantes de aquella primera formación de la banda. A Noches Florentinas la constituían Guillermo Glenza en guitarra, y Jerónimo Dallalasta en batería, Hernán Minardi en bajo, y Melina Sarmiento en cello, guitarra, programación y voz. El disco fue presentado en Julio de 2006 en Ciudad Vieja junto a Angela Tullida, y ese mismo año la banda participó del homenaje a Miguel Abuelo con una versión de Buen día, día presentada en el Centro Cultural Borges, en Buenos Aires. Con la partida de Glenza y Dallalasta, se sumaron al colectivo florentino, una gran cantidad de músicos de la ciudad de La Plata y Berisso, y el grupo pasa de cuatro a siete u ocho integrantes según la ocasión.

En 2008 Noches Florentinas saca el segundo disco, y sus integrantes eligen ponerle el nombre de la banda. Tal vez porque en él se puede ver el lado más experimental del grupo, más volcado a las canciones de cabaret, rancheras y valses con aires arrabaleros, siempre con coqueteos rockeros e influencias darkies, o simplemente, porque esta segunda etapa es la definitiva en la conformación, y en los roles que cada integrante ocupará de aquí en adelante.

Noches Florentinas es un disco ecléctico y de grandes saltos. Tiene doce canciones y siete separadores (que en realidad son fragmentos de las mismas canciones, mucho más procesados y aislados) Nuevamente la mezcla, la edición y la masterización estuvieron a cargo de Gonzalo Voutoff.

Aunque Melina vuelve a mostrar el desamor, el derrotero, y la nostalgia por la pérdida irreparable de lo que alguna vez fue hermoso; es la forma en la que ellas son contadas, el ánimo general de este trabajo, el que permite vislumbrar una hendija de luz, una salida. Y son, sin duda, los nuevos matices rítmicos e intrumentales, la aparición de nuevas y más cuerdas, la percusión tipo flamenca a cargo del invitado Felipe Chorén y por sobre todo, la incorporación de dos músicos que comienzan a ser parte fundamental de la columna de NF, Gonzalo Voutoff en guitarra y María Fernanda Ortega en violín.





REVENTON MUSICAL

Si una de las mayores virtudes del autor alemán Heinrich Heine fue mostrar en sus obras, un panorama bastante fiel de la realidad musical de las primeras décadas del siglo XIX, Noches Florentinas no se queda atrás, y decidida a alejarse cada vez más de eso que hoy llamamos rock, redoble la apuesta y resuelve encarnar todo el espíritu de la música mejicana en un disco de aggiornadas interpretaciones con un estilo propio bien definido.

Más daño me hizo tu amor lleva la impronta de una música artística de tradición popular mejicana. En este caso, sin embargo, esa tradución popular, por el grado de expresividad de las interpretaciones y por la estampa dejada en la sofisticación de las versiones, ha sido despojada, por lo menos de manera predominante, de algunas de las funcionalidades populares tradicionales, como la plaza o el burdel, el baile o el funeral. Es un disco que ha abandonado el ritual. El tributo al sonido mejicano y al festejo del día de los muertos, alcanza, en Más daño me hizo tu amor, el máximo grado de abstracción. Y para constatar esta afirmación, sólo basta con ir a uno de los reventones mejicanos (fiestas típicas muy populares en Méjico) que la banda ofrece/festeja dos o tres veces al año en el Centro Cultural Estación Provincial de la ciudad de La Plata. Esas noches temáticas, con comidas y bebidas mejicanas (tacos, mole y tequila) y una ambientación sacada de los reventones mejicanos, son una invitación al baile, que el público, aunque se acerca muy predispuesto a ello, no termina de concretar.

La banda comienza el ritual y a los espectadores se les hace imposible no pensar en la enorme cantidad de horas de aprendizaje y ensayo ocultas bajo la interpretación, la exactitud y la justeza de los arreglos (de un milimétrico rigor) en las canciones, y la formidable coordinación de los músicos. Y esos arreglos hacen, en canciones de origen típicamente popular como Un año de amor, Amapola o Piel canela, por nombrar algunas, que la autoría sea un hecho menor, debido a que en la sofisticación de las versiones (en las que el grupo alcanzó altísimos grados de refinamiento) se graba el carácter florentino y queda desplazada la figura de aquel compositor primigenio, muchas veces desconocido, antes desplazado por la apropiación de la comunidad.

"La estética del disco tiene que ver con una especie de tributo al sonido mejicano y al festejo del día de los muertos". Las canciones elegidas, como si fuera un lado B, llevan la impronta de la temática de la banda, la nostalgia y el desamor. Este, creo, es como el sustrato estético de todos los discos, abordado desde diferentes horizontes sonoros".

Integran la grabación, Hernán Minardi, en bajo y coros, María Fernanda Ortega, en violín y coros, Maxi Mazzeo, en trompeta, Gonzalo Voutoff en guitarra y Melina Sarmiento en guitarra, voz, accesorios y B4. También participaron como invitados Gonzalo Marquez en chapas y sifón y Jacqueline Sarmiento en percusión.

La mayoría de las interpretaciones son instrumentales, siguiendo la tradición surf y western. Es el caso de los boleros Bésame mucho (de Consuelo Velázquez) o Bolero (de Maurice Ravel), de una atmósfera mezcalera y fronteriza, como si de polcas de medio oeste norteamericano se trataran, o Quizás quizás quizás, en la que se deja lucir el violín de María Fernanda.

Melina canta en La Llorona, Amapola (junto a Jorge Leguizamón), Más daño me hizo tu amor (con Juan Pablo Villareal), Un año de amor, y en la fantasmagórica versión de Three Imaginary Boys, la canción del grupo The Cure.


MEJICO Y DESPUES

Difícil saber cuál será el próximo paso florentino luego de un disco bisagra como este, aunque sean canciones más allá de todo. La intención del grupo es lanzar un 4to disco a principios del año que viene, de temas propios; y también, viajes al interior de la provincia de Buenos Aires y al interior del país.

Sea Noches Florentinas el colmo del romanticismo y sea Méjico como Italia, donde la música se ha hecho pueblo, es el alma de la gente, su tema nacional. En estos músicos plantenses hallamos sol italiano y aroma de naranjos, señalaría Heine. Un sol que asoma prudente, y apenas refleja el rojo y el verde de un nuevo reventón musical."
Agustín Arzac.


Contacto/Publicidades: estructuramentalalasestrellas@yahoo.com.ar
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1 comentarios:

Agustín Arzac dijo...

Gracias Melina!! Muy buena la nota (jaja). Buen 2011 florentino

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